Hay pocas especialidades dentro de la fisioterapia
que tengan tan sólida y extensa evidencia científica
para el manejo de sus pacientes como la que tienen los
fisioterapeutas del suelo pélvico.
En el Reino Unido, la fisioterapia es tratamiento de prime-
ra línea para la incontinencia urinaria de esfuerzo (IUE) y la
incontinencia urinaria mixta (IUM)1 (NICE, 2015), la incon-
tinencia fecal (NICE, 2007) y el prolapso de órganos pélvi-
cos (POP). En particular, el entrenamiento muscular del
suelo pélvico (EMSP) para la IUE y la IUM tiene el más alto
grado de evidencia, y esto se debe a los múltiples estudios
y al gran número de pacientes que participan en estudios de
investigación. Las directrices internacionales y europeas
también recomiendan la fisioterapia como manejo de pri-
mera línea para la IUM.
Se sabe que en algunas circunstancias el uso del biofeedback
ayuda a nuestros pacientes a cumplir con su régimen
de ejercicio y, a su vez, disminuye o incluso puede curar sus
síntomas urinarios. El uso de la estimulación eléctrica neu-
romuscular puede ayudar a los pacientes con menos pro-
piocepción muscular y a mejorar la fuerza de los músculos
del suelo pélvico.
Existe evidencia de que el entrenamiento vesical es una
intervención eficaz en mujeres con urgencia e IUM, y no
tiene ningún efecto secundario. También hay evidencia
de que, en las mujeres primigestas, el EMSP durante el
embarazo puede prevenir la incontinencia urinaria hasta
6 meses después del parto, y es un tratamiento apropiado
para las mujeres con incontinencia urinaria persistente en
el periodo de posparto.
.
La fisioterapia es también parte del manejo multidisciplina-
rio de los pacientes con dolor pélvico crónico (DPC). En
pacientes con incontinencia fecal y estreñimiento funcional
también se recomienda el EMSP y el biofeedback como
primera línea de tratamiento debido a su falta de efectos
secundarios.
.
Como parte del tratamiento, los terapeutas del suelo pél-
vico también deben aconsejar a las mujeres con incontinencia
urinaria sobre cómo perder peso y reducir la cafeína, así
como consumir los líquidos apropiados, dejar de fumar e
incrementar o modificar el ejercicio físico8. Estas intervencio-
nes son importantes para la reducción de los síntomas, pero
aún más para mejorar la calidad de vida de estos pacientes.
Es bien sabido que la disfunción del suelo pélvico no tratada
puede conducir al aislamiento social, la reducción del bienes-
tar emocional, la vergüenza y la disminución de la producti-
vidad en el trabajo, entre otros aspectos.
Es mejor prevenir que curar. A las mujeres embarazadas se
les debe ofrecer EMSP durante el periodo prenatal, ya que
reduce tanto la incontinencia urinaria como la fecal en el
periodo posnatal.
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