El (CMV) es la causa que ocasiona mas problemas en los bebés de los países desarrollados. Uno de cada 200 bebés nace infectado y entre el 10-15% puede tener síntomas al nacer o consecuencias a largo plazo, y esto incluye sordera, retraso en el desarrollo neurológico o, en casos extremos, parálisis cerebral. Sin embargo, es un gran desconocido y pocas familias lo conocen. Hasta hace poco no hubo tratamiento para prevenir la infección fetal o prevenir sus consecuencias. Sin embargo, la detección de la infección materna seguida de tratamiento antiviral, el valaciclovir, disminuye en más del 50% el riesgo de transmisión al feto.
La infección materna es generalmente asintomática y, si produce síntomas, son leves. Solo es peligroso en personas con problemas de inmunidad. La principal fuente de contagio es de niños menores de 3 años que puede excretar el virus durante mucho tiempo a través de la orina y la saliva. Cuando la mujer se infecta en el primer trimestre, y la infección se transmite, es potencialmente grave para el bebé.
Para reducir la posibilidad de infección durante el embarazo, especialmente durante los primeros 3 meses y también cuando ya se esta buscando, evitar contacto directo con la saliva de los niños menores de 3 años, evitando compartir cubiertos, gafas, chupetes o dar besos en la boca o cerca de la boca. También es importante lavarse bien las manos con agua y jabón después de estar en contacto con la saliva o moco de los niños (por ejemplo, después de sonar su nariz o limpiarse la boca) y también después de un posible contacto con la orina durante el cambio de pañal.
Todas las guías recomiendan que haya más información sobre esta infección silenciosa y que todas las mujeres embarazadas conozcan y sigan medidas preventivas para reducir el contagio, especialmente durante el primer trimestre. Sin embargo, recientemente se ha demostrado que el tratamiento de la mujer embarazada infectada con un antiviral a altas dosis puede disminuir la transmisión fetal en más del 50%. Por esta razón, aunque las guías internacionales aún no recomiendan la detección analítica de CMV a todas las mujeres embarazadas, algunos ginecólogos y algunos centros, como el Hospital Clínic de Barcelona, ya lo solicitan en el primer trimestre para poder recibir tratamiento a tiempo.